sábado, 7 de abril de 2007
Pegueños grandes artistas
Cuando me planteé el reto de dar clases para niños, hace más o menos 15 años, nunca imaginé todo lo que aprendería con esos enanos maravillosos llenos de talento y pasión.
Hoy, en este dulce recorrido, puedo decir que todos podemos llegar a ser grandes artistas, solo que hay que despertar el gusanito de la creatividad y dejarlo fluir.
Por esto en los niños es más fácil, lo tienen allí ávido de recursos, de páginas blancas, lienzos, barro, masas de modelar, naturaleza y amor.
Aquí es donde entro yo, y la palabra clave es recursos.
Particularmente creo que como los niños son artistas innatos, la manera de “enseñarles artes”, para decirlo de algún modo, tiene que llevarse con sumo cuidado. Eso del cielo es azul y va arriba y la grama es verde y va abajo es un terrible error. El cielo, la grama las personas y el mundo que nos rodea dependen del cristal con que se miren, sobre todo en lo que a arte se refiere, por demás un medio bien subjetivo.
Al niño con el arte, se le debe enseñar de si mismo y del mundo en el que vive, por eso y de manera creativa se le puede conducir, motivándolo a compartir con sus compañeros, a aceptar otras tendencias, otras opiniones, otras maneras de hacer las cosas, otras maneras de expresión.
Los docentes tenemos que ayudar a encontrar caminos, no los enseñamos, tenemos que ser orientadores y ellos artistas.